América Latina sigue luchando para sobrevivir al COVID-19 y sus consecuencias sanitarias, económicas y sociales. Todos los países, hasta cierto punto, se han visto afectados por esta pandemia, y sus estructuras políticas y corporativas se están agrietando.
En todo el mundo, los líderes políticos dieron un paso adelante ante la crisis, con sus beneficios políticos para la opinión pública. Pero ahora están pasando por la etapa más crítica que concierne a los ciudadanos debido a su gestión de la salud y el impacto en el empleo. Las perspectivas económicas mundiales no son buenas en absoluto, pero para América Latina, es aún peor. Como indica el último informe del BID sobre la región, la Argentina y México son dos de los países más afectados económicamente debido a sus largas cuarentenas, con tasas de caída de su producto por encima del 10 % en 2020. El resto de los países de la región también se enfrentan a importantes desaceleraciones en sus economías.
Aunque aún podríamos estar lejos de la vacuna que estabilizaría la situación sanitaria, podemos prever ciertas tendencias en nuestra región:
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